Un grupo internacional de científicos de la Natural Science Foundation
(NSF) realizó una expedición para investigar las misteriosas “cataratas
de sangre”, ubicadas en el glaciar Taylor y el lago Bonney, en la
Antártida, y descubrieron una serie de condiciones que,
sorprendentemente, apoyarían la hipótesis de la existencia de vida en
Marte. ¿Cómo es posible? Según el artículo publicado por la revista
Nature Communication, estas cataratas son alimentadas por enormes
depósitos de agua subterránea, salada y extremadamente fría, en cuyo
interior podrían vivir seres microscópicos; este escenario climático es
notablemente similar al que podría haber en el planeta rojo, es decir
que allí podrían desarrollarse formas de vida análogas. Para este
descubrimiento los investigadores utilizaron una novedosa tecnología que
permite escanear el subsuelo antártico para conocer su composición: se
envían ondas electromagnéticas al subsuelo, y vuelven con información
decodificada sobre los minerales hallados.
Las llamativas "cataratas de
sangre" se generan por la presión del glaciar Taylor sobre los
materiales que están debajo, una salmuera crionoconcentrada, con óxido
de hierro, que sale al exterior con su color carmesí. Marte, que
contiene en su superficie óxido de hierro, podría esconder la misma
sorpresa llena de vida en las profundidades.
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