Dos hombres y dos mujeres de 2,10 metros de altura fueron enterrados hace unos 4.500 años en una tumba de arcilla que recién ha sido descubierta hace pocas semanas. Esta tumba descubierta por arqueólogos rusos al norte del Cáucaso está cubierta por un montículo de 40 metros de diámetro, que reúne lo que parece ser una bóveda familiar. El descubrimiento fue realmente sorprendente, ya que los científicos se encontraban trabajando en la zona para dar un permiso para una línea eléctrica, y creían que todos los entierros ya habían sido saqueados. Los investigadores se encontraron con que los huesos habían sido “salpicados abundantemente de ocre”, aparentemente para realizar un ritual cultural que describe que el ser humano nace en la sangre, por lo que al dejar el mundo debe ser “marcado” de color rojo. Los hombres tenían la cabeza apoyada en un lugar separado, lo que hace pensar que habrían sido decapitados. Hasta el momento el único hallazgo complementario que indicaría el tipo de vida de estos larguísimos humanos fue una cabeza de caballo, encontrada cerca de la bóveda; por supuesto, seguirán las excavaciones para desentrañar la naturaleza misteriosa de lo que hasta el momento se conoce como “la cultura Novotitarovskaya” por el nombre de la ciudad más cercana. Mediante el estudio de los huesos, los investigadores esperan conocer el momento preciso de su muerte, cómo era la familia, el tipo de negocios o trabajos que desarrollaban, si estaban enfermos al morir, si tenían fracturas, y si pasaron la mayor parte de su vida sobre una silla de montar o de pie.
Dos hombres y dos mujeres de 2,10 metros de altura fueron enterrados hace unos 4.500 años en una tumba de arcilla que recién ha sido descubierta hace pocas semanas. Esta tumba descubierta por arqueólogos rusos al norte del Cáucaso está cubierta por un montículo de 40 metros de diámetro, que reúne lo que parece ser una bóveda familiar. El descubrimiento fue realmente sorprendente, ya que los científicos se encontraban trabajando en la zona para dar un permiso para una línea eléctrica, y creían que todos los entierros ya habían sido saqueados. Los investigadores se encontraron con que los huesos habían sido “salpicados abundantemente de ocre”, aparentemente para realizar un ritual cultural que describe que el ser humano nace en la sangre, por lo que al dejar el mundo debe ser “marcado” de color rojo. Los hombres tenían la cabeza apoyada en un lugar separado, lo que hace pensar que habrían sido decapitados. Hasta el momento el único hallazgo complementario que indicaría el tipo de vida de estos larguísimos humanos fue una cabeza de caballo, encontrada cerca de la bóveda; por supuesto, seguirán las excavaciones para desentrañar la naturaleza misteriosa de lo que hasta el momento se conoce como “la cultura Novotitarovskaya” por el nombre de la ciudad más cercana. Mediante el estudio de los huesos, los investigadores esperan conocer el momento preciso de su muerte, cómo era la familia, el tipo de negocios o trabajos que desarrollaban, si estaban enfermos al morir, si tenían fracturas, y si pasaron la mayor parte de su vida sobre una silla de montar o de pie.
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