A lo largo de muchos años, se ha indagado en las profundidades del
espacio cualquier indicio de comunicación extraterrestre y, sin embargo,
la respuesta podría estar mucho más cerca de lo que creemos.
¿Podría el anhelado mensaje existir dentro de nosotros mismos? Hoy,
son muchos los trabajos científicos que se plantean este mismo
interrogante. Tal es el caso de un ensayo titulado "The Wow! signal of
the terrestrial genetic code", que ronda en torno al enigma de nuestro
código genético y un posible origen más allá de las fronteras
planetarias, aludiendo especialmente al mensaje encriptado que el mismo
podría contener sobre los creadores alienígenas de la humanidad.
A través de múltiples métodos matemáticos, los autores del ensayo
buscaron algún tipo de evidencia sobre señales estadísticamente fuertes
en las cadenas de ADN humano, obteniendo sorprendentes resultados: el
código reveló una serie de patrones aritméticos e ideográficos con un
mismo lenguaje simbólico. Tan consistentes resultaron estos patrones,
que parecieran ser el producto de una lógica precisa, como un guiño de
artificialidad, incluso cuando no existe forma de saber qué significan
exactamente.
Ya en el año 1979, Carl Sagan publicó un trabajo de similares
características, a cargo de los bioquímicos Hiromitsu Yokoo y Tairo
Oshima, en el que se señalaba la probable presencia de un mensaje
extraterrestre en el ADN del bacteriófago φX174, el primer organismo en
ser secuenciado. La sospecha se suscitó a raíz de la presencia de
secuencias y productos de números primos, los que no pueden ser
generados por ningún proceso natural. Vale decir que un número primo es
signo de una inteligencia artificial.
Si bien hasta el momento no fue posible detectar mensaje compresible
alguno, la posibilidad de emplear el código genético como medio de
comunicación es real y ha sido probada por la biología sintética,
cuando, en 2010, Craig Venter sintetizó una molécula que no sólo
contenía el genoma de una bacteria, sino los nombres de los 46
científicos implicados en el experimento y algunas citas de James Joyce.
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