Exploradores intentan descubrir los secretos de la cueva de cristales gigantes que se encuentra en México, a unos 300 metros debajo de la superficie del desierto de Naica, cerca de Chihuahua.
La cueva es de muy difícil acceso y muy peligrosa, y las condiciones reinantes en el llamado “palacio del hielo”
son extremas. Hay una humedad del 90 por ciento y una temperatura de 50
grados Celsius. Además del riesgo que significa caminar debajo de estos
gigantescos cristales de hielo.
Esta fabulosa cueva fue descubierta en el año 2000 y es sólo una de
las muchas cavernas de una compleja red de cuevas, algunas de ellas ya
conocidas y con nombres como “Cueva de las espadas”, “El ojo de la reina” o “la cueva del navegante”.
Los misterios del palacio de hielo probablemente
sigan sin revelarse. Sin embargo, la industria minera tiene un especial
interés por preservar esta red de cavernas y promover la exploración.
Podría significar un avance en la minería.
Aunque la principal característica de los cristales es su formación,
en la que participan minerales como el plomo, zinc y plata, el mayor
desafío consiste en descubrir los misterios a nivel microscópico en las
cuevas, principalmente en los cristales.
Se han tomado muestras de agua y se encontraron con una intensa
actividad microbiana, también hallaron una enorme cantidad de virus.
Esto revelaría la existencia de un ecosistema completo a nivel
microscópico.
Otras conclusiones que arrojan estas investigaciones nos permiten suponer que existen vínculos entre estas cuevas y otras cuevas que pueden existir por ejemplo, en el planeta Marte. A pesar que la geología de Marte es
distinta a la de la tierra, es muy probable que la actividad geotérmica
proporcione una zona donde el agua podría formar cavernas similares a
la cueva de los cristales.
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