Démonos una vuelta por el Condado de Kent en Inglaterra, y paseemos
nuestra imaginación quien no haya visitado estos parajes por las
localidades de Blue Hill, Wye y White Hill. Por aquellos lugares hace
pocos años, concretamente a finales de los 90 sucedieron unos hechos
misteriosos y alucinantes. Los sucesos de Blue Hill.
El amable lector conocerá una misteriosa y casi ya arcana leyenda del
clásico conductor que circulando con su vehículo solo, de noche o al
amanecer, recoge haciendo Auto-Stop a una misteriosa mujer,chica o
quizás una vieja dama, con la que después de mantener una conversación
desaparece o baja misteriosamente de su coche.
Nunca jamás la vuelve a ver, en realidad no ha tenido mucho tiempo en
fijarse en ella, pero si pregunta por las inmediaciones, alguien se
santigua y le habla del fantasma de la carretera, una mujer que en un
determinado momento tuvo un accidente en las inmediaciones, siempre muy
cerca en donde el amable conductor la recogió.
Pero esta historia es diferente en si y quizás mucho más traumática y
misteriosa, ya que las diferentes personas que en el citado Condado de
Kent tuvieron contacto con aquella mujer, tardarán tiempo en olvidarla.
El caso más relevante de una serie parecida, es el que le sucedió ya
en Enero del año 2000 a un conductor de autocar, llamado Keith Scales,
cuando de madrugada descendía por White Hill, una carretera de segundo
orden que acostumbraba a tomar asiduamente para llegar a su lugar de
inicio de trabajo en Wye.
Alguien le comentó que este lugar en concreto estaba embrujado o
encantado, pero el buen hombre nunca le dio ninguna importancia. Al
salir de una curva, vio aterrado como una mujer estaba en medio de la
carretera y se le acercaba hacia el vehículo que conducía sin ningún
temor, desdeñando el peligro.
No pudo hacer nada, ya que al ser tan de improviso la situación
golpeó con la parte delantera de su coche a la mujer y esta rodó por la
parte superior del capó desapareciendo. Rápidamente salió de su vehículo, después de frenar precipitadamente, pero no halló rastro alguno de la mujer.
Y no solamente buscó por la carretera, sino que recorrió con la ayuda
de una linterna por un terraplén por si aquella chica había caído por
aquel lugar. Pero no encontró nada.
Cuando llegó a Wye telefoneó a la policía y junto con un coche
patrulla, volvió al lugar de los hechos. No encontraron nada. El único
testimonio o testigo de su extraña historia, era un espejo retrovisor
roto, hecho que no significó nada a efectos policiales.
Describió a la mujer como una rubia entre 30 y 40 años,
con un largo abrigo obscuro, y añadió en su declaración que pudo ver en
décimas de segundo en el momento de la colisión, sus ojos mirándole y
sonriendo.
Se habían sucedido otros casos similares con anterioridad que a raíz
de este suceso se relacionaron con el, en los años 1974 y 1992. Nadie ha
sabido dar explicación a este suceso de manera lógica y razonable, y
evidentemente a los anteriores. Salvo algún estudioso de la
Parapsicología que relacionó todos estos extraños sucesos con los
llamados “Genius Loci” (espíritus del lugar) o a las misteriosas “Damas
Blancas” que no son otra cosa que las “Guardianas del Entorno”
salvajemente destruido por la voracidad del hombre. Y estos fueron los extraños sucesos de Blue Hill.
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