Los años 60/70 fueron años complicados para la juventud. Años de
revueltas, de rebeldía contra la sociedad en general y contra los
gobernantes en particular. Un exceso desenfrenado de drogas, de sexo, de
alcohol. Fueron muchos los acontecimientos que se extendieron sobre
todo en Estados Unidos y que motivaron la aparición de extraños sucesos y
de una violencia cada vez más descontrolada, como el asesinato de
Sharon Tate o los Keddie Murders (asesinatos de Keddie).
Charles Manson fue una de las figuras claves y más conocidas de aquel
mundo devastador. Un loco, dicen unos, un genio, lo califican otros,
pero a fin de cuentas, un asesino que se aprovechó de su locura y de su
poder de seducción para arrastrar tras de sí a una serie de jovenes que
buscaban su propia identidad y estaban perdidos. Aún en la lejanía, en
el tiempo y en el espacio, su largo mano sigue actuando en muchos
sitios, a través de la mano de otros como él que creen ver en Manson a
un dios y en sus profecías a los resultados de un destino cierto.
El creepy crawling es el nombre que se le dio a un macabro “juego”
inventado por él. Manson y sus seguidores escapaban por las noches para
entrar en casas seleccionadas y cambiarles los muebles de sitio sin que
sus propietarios se dieran cuenta en el momento de lo ocurrido, de tal
modo que cuando se despertaran y vieran la casa nada estuviera en su
lugar. Es de imaginar el horror que debe sentirse saber que se ha estado
durmiendo tranquilamente y cuando te levantas te das cuenta de que
alguien estuvo en tu casa, o en el peor de los casos, pensar en la
presencia de espíritus.
Lo peor podía ocurrir en aquellos casos en que, desgraciadamente para
los propietarios, éstos se despertaran y pillaran a los crawlers dentro
de la casa, porque generalmente no tenían escrúpulos para acabar con
ellos de la manera más sangrienta. Aún hoy el motivo exacto por el que
ocurrió lo que sucedió en el asesinato de Sharon Tate no se conoce, pero
lo que sí se sabe es que aquella noche comenzó como otro juego más,
como otro creepy crawling que acabó desembocando en la masacre.
Fue su caso más famoso en el que intervino directamente Charles Manson.
Pero aún después de encerrado, ese macabro juego sigue haciéndose. Uno
de los casos más conocidos y misteriosos es el ocurrido en el pueblo de
Keddie, una población idílica situada en Pluma County, en California.
Fue el conocido como “Keddie Murder“, o “el asesinato de Keddie“.
Corría el año 1981, un 11 de abril, y la pequeña Sheila Sharp, con tan
sólo 14 años, se había marchado a pasar la noche a casa de su mejor
amiga. Tras divertirse y compartir casa con su amiga, a la mañana
siguiente volvió a su cabaña, la nº 28 del Keddie Resort. Lo que
encontró allí al entrar fue espeluznante.
Al entrar descubrió en el interior, brutalmente asesinados a su madre
Glenna, de 36 años, a su hermano John, de 15 y a una amiguita de éste,
Dana, de 17. Aterrorizada, la pequeña buscó a su hermanita menor, Tina,
que contaba sólo 13 años. No pudo encontrarla. Tina había desaparecido.
Los informes policiales contaron que la familia había sido torturada
durante casi 10 horas, que les pegaron con martillos y que los
acuchillaron. Al ver la posición de los muebles se dieron cuenta de que
algunos habían sido cambiados de sitios, y automáticamente se empezó a
pensar en nuevo “creepy crawling”. Desgraciadamente, y con mucha
probabilidad, los asaltantes habían sido descubiertos antes de acabar, y
aquéllo desencadenó la tragedia.
El resto lo hizo todo el miedo popular. Se dice que aquel pueblo, antes
idílico, está maldito. Muchos de los vecinos se marcharon por miedo e
incluso la cabaña nº 28 fue derribada. De Tina nunca más volvió a
saberse nada a pesar de las muchas investigaciones, y el misterio
continúa sin resolverse.
Fuente: Un blog para gente aburrida
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